¡Happy Birthday Yoochun-ah! I love You ;_;

Sunday, April 26, 2015

Cántame antes de dormir Cap 5

Capítulo 5

A Changmin no le gustaban las personas, no le gustaba que lo miraran o que lo tocasen… pero luego estaba él, Jaejoong, quizá él era un persona diferente.



/ ~ / ~/ ~ / ~



Desde que tiene uso de conciencia nunca le gusto como se sentía el tacto con la gente, lo odiaba, era como si alguien quisiera pasar por su delicada piel alambre de púas, simplemente lo detestaba. Pero Jaejoong no era un persona normal, él era alguien fuera de serie, tampoco era que el tacto del mayor le fascinara, también le parecía incomodo, no como alambre de púas, más  bien como si alguien le picara con muchas agujas el cuerpo, era un dolor satisfactorio, un dolor que podía soportar. Porque era un secreto, pero Changmin era un masoquista, un maldito masoquista.

Además, tampoco le podía negar a Jaejoong que lo tocase, también era una manera de agradecerle ya que los únicos recuerdos que poseía eran con él y su fallecida tía. Al parecer sus padres habían muerto en un accidente y dejado a su cuidado desde que tenía ¿Dos años? O al menos eso dijo la tía Mutsumi.

--------------------

Ya era de noche, había terminado de cenar, satisfecho se retiró a su habitación para caer rendido a los brazos de Morfeo, después de haber tenido un día terrible en la preparatoria. Pero era una de esas noches en las que no podía conciliar el sueño.

* * * * * * * *
Changmin estaba en un cuarto azul, pintado y arreglado lindamente con decorativos infantiles, era sin duda un espacio muy bonito. Veía a 2 niños sonreír y jugar divertidamente, los observo detenidamente y sintió envidia; de pronto el niño más alto salió y en su lugar entro una mujer adulta la cual mimaba a aquel infante, ahora sentía que la envidia lo carcomía; la señora bañada en lágrimas tomó después al niño en sus brazos y lo metió en una especie de closet. Changmin estuvo quieto viendo todo en eso entro un hombre y… empezó a hacerle daño a la mujer; en esos momentos su cabeza era un lio: oía el llanto del pequeño, veía llorar a la mujer y escuchaba asquerosos gemidos provenientes de la boca de aquel hombre, todos esos sonidos rezumbaban en la habitación. Quiso ayudarla pero no pudo, solo se quedó ahí mirando mientras las ganas de llorar invadían todo su ser.
* * * * * * * *

Entonces… ¡Despertó! Sí fue otra maldita pesadilla, pesadillas que lo atormentaban desde hace tanto. Quería gritar y llorar con todas sus fuerzas, pero si lo hacía despertaría a Jaejoong y era lo que menos quería, desde aquel día en el cual entró a la preparatoria no había vuelto a dormir con Jae. Su respiración seguía agitada, al parecer no llegaría a calmarse, tenía que volver a recurrir a… eso.

Lo estaba tentando, ese pequeño artefacto de metal que causaba tanto daño a su frágil ser, pero él era demasiado débil y no pudo resistirse más, lo tomo, maldijo por dentro porque quería parar con eso. Una, dos, tres; veía como aquel liquido rojo corría por sus antebrazos; cuatro, cinco; se detuvo a admirar como aquella sustancia manchaba su piel morena, haciendo figuras abstractas al escurrirse. Esa era la única forma de liberar la tensión que le causaban aquellas pesadillas, pesadillas que vivía en sus sueños y en su vida diaria. Se sentía relajado cuando lo hacía, le gustaba mucho aquella sensación, se podía decir que se volvió adicto al dolor.

Así es Changmin se auto flagelaba, no era un cosa que admitía con orgullo, pero era lo hacía. En realidad no sabía cómo encontraba placer haciéndole esas porquerías a su cuerpo, pero de verdad lo necesitaba.

Todo comenzó cuando entro a la preparatoria, lo hizo para complacer a Jaejoong, para verlo sonreír, pero en verdad no lo soportaba, no podía soportar que tanta gente lo mirase, que lo rozaran con sus asquerosas pieles o soportar sus terribles aromas, simplemente odiaba cualquier contacto con otras personas que no fueran Jaejoong o su tía. Siempre entraba al salón de clases hecho una bola de nervios, su silla estaba absolutamente separada de los demás, sus compañeros lo miraban raro pero a él no le importaba, se decía a si mismo “Entre más lejos estés de ellos, mejor Changmin”. Un día el maestro les pidió que formaran parejas y como era de esperarse él no se movió de su lugar. El maestro al verlo que no tenía la mínima intención de cooperar hcía nada, se dirigió a una de las chicas más parlanchinas del salón y le dijo…

-Ikezawa Naoko- se escuchó en todo el salón

-¿Si? Profesor- respondió aquella chica

-Se la pareja de Oshima Changmin- ordenó

A Changmin no le importaba convivir con sus compañeros, siempre y cuando los tuviera alejados a mínimo tres metros de él.

Sintió ganas de vomitar, la niña le hablaba y le tocaba, ya no podía aguantar más, pidió permiso para salir con la excusa de que se sentía mal, se sentó en los jardines y empezó a tararear aquella canción que tanto le gustaba y que nunca pudo recordar la letra de la canción. Esa melodía siempre lograba calmarlo, esta vez no funciono, se sentía realmente ansioso. Escucho algo romperse en el bolsillo de atrás de su uniforme, metió su mano y saco la cosa que se había roto, era su sacapuntas, estuvo observándolo y miro la pequeña navaja que colgaba de los restos del sacapuntas. Jugaba a pasar el filo por las yemas de sus dedos, un pequeño corte se hizo notar, la sangre escurría, se sintió tan, tan bien y así continuo pasando la diminuta navaja por sus largos dedos.

--------------------------

Pero no todos sus sueños le hacían querer cortarse, algunas veces soñaba con esos dos mismos pequeños, de una manera tan distinta.

El niño mayor cargaba al pequeño, le cantaba aquella canción, le besaba, jugaba con él, le tocaba hermosas melodías en un piano. Changmin no podía verles sus caras, pero observarles felices era algo muy lindo para él. Él no tenía ningún recuerdo claro de su infancia, siempre que trataba de recordar algo, terminaba con un espantoso dolor de cabeza y vomitando en el baño, justo ahora no quería vomitar.

Jaejoong estuvo con él desde siempre, según el mayor, sus padres lo dejaron a cargo de su tía desde muy pequeño. Changmin le quería mucho, el castaño siempre lo consentía en cualquier cosa y lo trataba como si fuera el tesoro más valioso del mundo. Jaejoong lo alimentaba, platicaba con él, incluso tiene un vago recuerdo de él regalándole a Puky, ese oso que tanto quería y lo hacía sentir inexplicablemente bien. Simplemente le tenía un gran aprecio a Hoshida Jaejoong.

------------------

Su último semestre de la preparatoria estaba a punto de concluir, era el mejor de su clase, según sus profesores era una especie de joven superdotado o algo así. Había recibido ofertas de muchas universidades de Japón, no le gustaba ninguna, además de masoquista era un inconforme con casi todo.

Desde cuarto semestre su sueño era viajar a Corea e ingresar a la Universidad de Seul, en la facultad de Arquitectura,  decían que era la mejor escuela para estudiar Arquitectura y Diseño, la cual era su carrera deseada, solo muy pocos alumnos eran admitidos y él como extranjero tenía menos posibilidades. Además a Jaejoong no le gustaba Corea, él siempre había sugerido ir a vacacionar ahí, pero el mayor nunca aceptaba, tampoco creía que lo dejara irse a vivir solo a Corea, tampoco era que quisiera separarse de Jaejoong. Un largo suspiro salió de su boca, definitivamente tenía que pensar detenidamente que era lo que haría con su vida.

Llego a su casa hastiado de todo, se metió a la piscina para poder relajarse, aparte de dibujar y la guitarra había encontrado en la natación otro hobbie, le encantaba hacerlo, pero siempre lo hacía cuando Jaejoong estaba lejos por temor a que viera aquellas marcas en sus brazos y en sus piernas, ya que cuando se le acabo el espacio en los brazos, continuaba en las piernas. Debido a esas marcas siempre usaba camisas de manga larga y pantalones que no le permitían enseñar más que sus pies.

Estuvo sumergido en el agua, escucho el auto de Jaejoong y salió como cohete disparado para vestirse. Se dirigió a la cocina para encontrarse con él.

-Changmin, que te he dicho, que te seques ese cabello después de ducharte- dijo el mayor en tono serio

-Si mamá, lo haré la próxima vez- le saque la lengua.- Oye, ¿Por qué estas tan feliz?- pregunte curioso.

-Te tengo una noticia muy importante pequeño-. Su sonrisa no cabía en sus labios

-¿Pequeño? ¡Soy mucho más alto que tu eh!... No esperaras a que te ruegue, así que suéltalo ya-.

-Me acaban de ofrecer participar en un negocio muy importante-.

-Si ¿Y…?- volví a preguntar, algo molesto por su tono de voz tan chillante

-¡Nos mudamos permanentemente a Corea!-. Dijo mientras corría a abrazarme, lo separe inmediatamente de mí. 

-¿Es en serio?-. Comenzaba a ilusionarme por poder ir allí

-Mmm… ¡Sí! Sé cuánto quieres ir a esa Universidad, además no quiero rechazar esa oferta- volvió a sonreír felizmente

-¿Sabías lo de la Universidad?- pregunté un poco sorprendido.

-Si tonto, deberías tener más cuidado en no dejar tus cosas regadas niño-. Él saco la lengua, a veces odiaba que se comportara tan infantil conmigo, pero en el fondo si no lo hacía, lo extrañaba.

-Oh, pero aún así no sé si podré entrar, según leí es una de las escuelas que más demanda tienen- le respondí con un semblante triste en el rostro

-¡¿Tu, Oshima Changmin?! ¡Por favor! Dios te hizo feo pero lo recompenso dándote un inmenso cerebro-. Ahora comenzaba con sus bromas de mal gusto. –Según tus profesores, eres un genio-

-Calla bobo- le golpee el pecho  -No me elogies tanto, soy demasiado normal para mi gusto-



/ ~ / ~/ ~ / ~



Prácticamente así era mi relación con Jaejoong, peleábamos todo el tiempo pero de una forma que resultaba un tanto torpe y divertida. Al mismo nivel en que peleábamos, él me mimaba y me protegía, demasiado sobreprotector, pero me gustaba.

Nunca pensé que estudiar en Corea me pondría de esta manera, de verdad estaba muy feliz por la noticia, tenía que estudiar mucho para el examen de admisión cuya fecha casi me pisaba los talones. Ansió que ese día llegue pronto, supongo que un cambio de aires me vendría muy bien, tal vez allí podría encontrar alguna razón que me permitiera no estar la mayoría del tiempo triste y ansioso.

Solo el tiempo lo dirá, el tiempo y nada más… 


                                                                         /Capítulo 6/




N.A. Gracias a todos los que me leen, de verdad <3
Como saben de este fanfic ya hay más capítulos en AY , aquí los iré actualizando poco a poco :DDD
me he quedado sin inspiración para esta historia, pero continuare XDDD!
Dentro de dos semanas actualizaré de nuevo Because I Love, I Have to forget You <3 he visto que ha tenido muy buena aceptación, así que será el primero que actualice <3

Nos leemos después!!

Saturday, April 18, 2015

Because I Love You, I have to forget you Cap 1


—Capitulo 1—


07-Julio-2011 Eres tan dulce

Primeros días de un nuevo mes, mes donde el verano comienza y el calor insoportable se hace presente, para el pelinegro había sido un día agotador en su trabajo, en el Conservatorio de Música de Seúl.

Llegó exhausto a su departamento arrojando todo a su paso mientras caminaba hacía el cómodo sofá. Se sentó plácidamente e inhalo llenado sus pulmones del ambiente cálido que le proporcionaba su hogar, empezaba a sentirse relajado, hasta que… el molesto ringtone de su celular comenzó a inundar sus oídos, maldijo internamente. Así que con toda la pereza del mundo se dirigió a la mesa de la cocina para callar ese horrendo aparato, miro la pantalla para ver de quien se trataba y la persona que menos imaginaba era quien lo llamaba.

—Hey tú, Park Yoochun, ¿Qué demonios has estado haciendo todo el día? Te he llamado más de 50 veces y nada, ni un mísero mensaje me has devuelto. ¿Acaso me estas siendo infiel? ¡Responde!—.

La voz de su persona amada rezumbaba por toda la casa. Park Yoochun adoraba la actitud infantil de su novio, era aún un chiquillo mimado.

—Changmin-ah, he tenido mucho trabajo, lo sabes—. Respondió serenamente aquel joven enamorado

—Pues no te creo—.

Un silencio profundo se escuchó por la otra línea.

—Muy bien amor, qué quieres que haga para convencerte que solo es a ti a quien amo, y a quien amare siempre—.

Yoochun se mordió el labio inferior, adoraba decirle cosas cursis a Changmin, lo amaba tanto.

—Ven a mi casa y hazme el amor—.

El pelinegro abrió enormemente los ojos ante la propuesta alocada de su joven y dulce novio.

—Changmin, tu padre y tus hermanas están en casa, cómo crees que reaccionarían si me aparezco a estas horas de la noche, ¿eh? —.

—Padre está de viaje, Sooyoungie salió con sus amigas y Eunyoung nunca está en casa, ven por favor—.

El tono del menor era tan meloso, tan coqueto, de verdad que Park Yoochun estaba volviéndose loco por él.

—Sabes que no puedo, recuerda que le dije a tu padre que te respetaría en ese aspecto—.

El mayor trato de hacer entrar en razón a su joven novio.

—Yoochun, tú y yo sabemos que no soy puro y casto desde hace mucho tiempo, así que, qué te cuesta, ¿sí? —.

—Lo siento—.

Otra vez se volvió a escuchar un silencio en la línea telefónica.

—Te amo—. Dijo al fin Yoochun

Ok, te perdono. Mañana en la preparatoria es el festival que organizan antes de la graduación, te tengo preparado una sorpresa, esta vez, si no llegas dile adiós a nuestro compromiso, ¡Eh, Park Yoochun!

—Iré, no te preocupes—. Hablo el mayor mientras se le dibujaba en los labios una enorme sonrisa.

—Te amo tonto, nos vemos mañana—.

Changmin colgó.

Esa noche Yoochun durmió con una boba sonrisa en la cara, sabía que mañana le esperaría un día magnifico, todo con Changmin así era.

La mañana siguiente despertó con los rayos de luz que se colaron bajo el celeste de las cortinas. Yoochun se removió bajo las sabanas, quería dormir más, observo el reloj al lado de su cama, todavía quedaba tiempo, por lo que decidió dormir más.

No supo cuánto tiempo paso durmiendo, pero en definitiva se le había hecho tarde y ahora Changmin lo mataría.


Changmin

—Changminnie, ya es hora de salir a escena—. Gritó Minho, un jovencito de cabellos oscuros quien se convirtió rápidamente en mi mejor amigo desde que ingrese a la preparatoria

—Ese idiota, le dije que tenía que llegar temprano, pero claro su estúpido trabajo es lo único que le importa, lo odio—.

—Shim Changmin, última llamada para su presentación—.

—Idiota, pero esta si me la paga—.

Camino lentamente hacía el escenario, tonto Yoochun, me esforcé tanto en esto y ahora, él simplemente lo olvida, vaya novio gilipollas que me busque.

Subo al escenario con mi guitarra caoba, que para colmo es un detalle suyo, ah, ese tonto… agarro el banco y me siento. Entonces lo veo enfrente de mí, sonriendo, tan perfecto como siempre, en el fondo sabía que no me fallaría, bobo idiota.



Yoochun

Conduje a exceso de velocidad, como si un asesino serial me persiguiera. Llegue con gotas perladas de sudor sobre mi frente, no le podía fallar a él así, todo por ser torpe y despistado.

­—Buenos días, mi nombre es Shim Changmin, estudiante de último año de preparatoria y esta es mi presentación final del año—.

Se veía hermoso, resplandeciente, con ese brillo único que lo caracteriza.

—Este es un cover del grupo 10cm, es una canción especial para mí y se la dedico a mi dolor de cabeza favorito, quien pinta mi cielo de azul en los días más grises, mi idiota favorito, la persona a quien amo—.

La bulla por parte de la gente se hizo presente, me sonroje internamente, estoy tan loco por él.

—Y quien próximamente se convertirá en mi compañero de vida por toda la eternidad, sí, para ti, Park Yoochun. “It’s so nice”—.

No sé qué hacer conmigo mismo
Eres hermosa, incluso cuando
no sonríes.

Inclinó la cabeza y me empiezo a reír sonoramente, ese niño definitivamente trae hecha un caos mi vida, pero le amo y qué puedo yo hacer.







Soy tan feliz con solo verte,
tú me vuelves loco.

Hace 2 555 días que lo conozco, hace 1157 días que somos pareja, hace apenas 40 días que me dio el ‘acepto’ y dentro de menos de un año nos convertiremos en esposos hasta que la muerte nos separe. Le amo tanto y tanto.

Aún el sonido de tus ronquidos,
es tan dulce.
Hueles tan dulce,
aun cuando apestas

Lo conocí cuando apenas era un crio de 11 años, yo tenía 17. Cuando lo vi por primera vez, jamás creí que ese pequeño gruñón e introvertido se convertiría en el motor de mi vida, pero vaya que giros tan grandes da el destino.

Su padre lo trajo al Conservatorio por culpa de una de sus hermanas mayores. Shim Sooyoung, mi mejor amiga desde siempre y quien me metió por todos los poros a ese castaño loco que tengo como novio.

Era un pequeño antisocial que pocas veces hablaba o sonreía, parecía que estuviese enojado con la vida, pero a pesar de que era tan joven había pasado por tanto, cosas que desde luego yo desconocía y que jamás pensé que le ocurrirían a alguien proveniente de una familia bien posicionada como la de él.

Yo impartía clases de piano después de asistir a la preparatoria, creo que fue el destino que lo pusieran a cargo mío. Soporte sus groserías, su horrible temperamento y su humor fuera de lugar por dos largos años, creí que me iba a volver loco, pero eso inexplicablemente se convirtió en amor.


Tú irradias, aun cuando
no te bañas.
Tú me vuelves loco


Fue hasta un día lluvioso de Septiembre, las clases en el Conservatorio habían terminado, me dirigía tranquilamente a mi hogar para adelantar trabajos de la Universidad y lo que menos me imagine fue verlo allí. El chiquillo de ahora 13 años, estaba empapado de pies a cabeza, esperando a que fueran por él. Lo vi tan pequeño, tan indefenso, tan falto de cariño, que se me partió el corazón.

“Changmin-ah, Changmin-ah, ¿estás bien?” Fue lo que le dije

“No importa, nada importa, para ellos siempre he sido un cero a la izquierda, solo soy una persona que causa desgracias siempre”

Lo lleve a mi departamento, el pequeño estaba como en trance, pobre triste y solitario Shim Changmin.

Fue la primera noche que me quede junto a él en una misma habitación, dormía tan placenteramente, ¿Qué le habían hecho a este pequeño ser que parecía sacado de un cuento de hadas?







¿Qué pasaría si en serio
me vuelvo loco?
¿Qué pasaría si dejo de
respirar inesperadamente?


El padre de Changmin vino por él al día siguiente a punta de jaloneos y con una mirada tan helada como el hielo mismo. Vi sus tiernos ojos aguarse y sentí el corazón crujir.

Poco a poco me fui acercando a él, el niño era tan duro consigo mismo que construyo una barrera de lo más firme para que nadie viera lo frágil que en el fondo era. Aquella barrera, la derribe y me costó tanto, pero ahora que lo conozco plenamente, no me arrepiento de nada.

Sus 14 años de edad, los celebramos juntos con el demonio de Sooyoung, no podía creer que ambos compartieran lazos de sangre, eran tan distintos. Fuimos al acuario y lo vi por primera vez sonreír, me sentía tan feliz sin saber el por qué. Nunca creí que ese chico, después vendría a desordenar mi vida y a poner su sabor en ella, ah, lo amo tanto.

Al principio lo veía como el hermano pequeño que nunca tuve y que ansié tener, pero poco después lo cambie, y así se volvió en mi razón de ser, el dueño completo de cada parte de lo que significa Park Yoochun. Acababa de cumplir 20 cuando me di cuenta que lo que sentía por Changmin, ya no era ese tipo de cariño de hermanos.

La somnolencia en tus ojos,
para mi es tan bonito,
tan bonito, tan bonito.


Un día se quedó hasta tarde conmigo practicando en el piano, lo besé. Sus tiernos labios inexpertos acariciando mi boca, fue una de las mejores experiencias que he tenido, exquisitamente dulce.

“Yoo…chun-hyung, qué… ¿qué haces?”

“Ni yo mismo lo sé Changmin-ah, simplemente, esto provocas es mi” respondí tímidamente.

“¿Te gusto?”

Volví a atrapar sus pequeños y frágiles labios.

“Sí”

Esos claros sonrojos, esas miradas tiernas y coquetas, Changmin de verdad puso un hechizo en mí, estoy tan inundado de él, lo amo tanto, hoy y siempre.

Con el tiempo nos volvimos una inusual pareja de un adolescente loco de 15 años y de un adulto idiota de 21, decidimos ocultarlo del mundo, solo existíamos él y yo en nuestras vidas. Me aventure a conocerlo y al saberlo mío, decidí que nunca lo abandonaría, que él sería por quien lucharía y a quien amaría el resto de mi existencia.








Los agujeros en tus medias,
para mí son tan bonitos,
tan bonitos, tan bonitos

Creció y se convirtió en una hermosa persona de 17 años, a veces me preguntaba que quien era el menor de la relación, me encantaba tratarlo como a un bebé, pero al final el sensible y mimado termino siendo yo.

Cabe recalcar que cuando Shim Changmin se propone algo, no descansa hasta conseguirlo.

Me sentía un absoluto pedófilo estando enamorado de una persona seis años menor que yo, sentía que le había robado todo, me asustaba pero al mismo tiempo me producía un morbo y un placer inigualable.

Changmin y yo no habíamos pasado de los besos subidos de tono, solo nos tomábamos de las manos y cosas sin nada de acción, pero nada más.

Pero ese chiquillo creció y creció más y al parecer no estaba conforme con eso, ya que sus insinuaciones de hacer algo más conmigo eran más que evidentes, yo perdí mi virginidad a una temprana edad y definitivamente eso era algo que no quería para él, pero al parecer yo era el único que pensaba eso.

Entonces me aleje de él, excusándome que tenía muchos trabajos finales en la Universidad y aparte mi trabajo en el Conservatorio. Lo acepto, pero no se rindió, sus coqueteos eran cada vez más frecuentes, y yo ¡Demonios! No podía resistirme a ese par de ojos suplicantes llenos de deseo.

Changmin se había convertido en todo un prodigio de la guitarra, y en una ocasión me toco acompañar a varios jóvenes a Jeju a una presentación, incluido él, esa vez yo me tenía que quedar más tiempo porque tenía que reclutar nuevos miembros para la Orquesta Sinfónica de Seúl, la cual dirigía desde hace algunos meses.

El dueño de mis sonrisas decidió que compartir una habitación sería lo más conveniente, y así fue, en Jeju, nuestra primera vez juntos…

Un segundo, un minuto,
son como una joya para mí.

Aquella noche lluviosa, yo llegue al anochecer a la habitación del hotel, cuanta fue mi sorpresa al ver a mi novio de 17 años vestido con mi ropa y auto complaciéndose  en la habitación que compartíamos, con velas olor a lavanda y con la luz tenue haciendo hermosas matices en las curvas de su cuerpo. Sus débiles gemidos hacían eco en mi cabeza, y yo, Park Yoochun, un hombre de 23 años, no me podía resistir a lo que me brindaba la vida, un novio dulce e inexperto.

Me abalancé contra él, mientras le comía sus finos y carnosos labios, le desabotone con cuidado cada uno le los botones de mi camisa. Estaba claro que Changmin se esperaba todo, menos que yo cayera ante sus continuos cortejos, pero era ahora o nunca, y yo definitivamente quería marcar a Changmin de alguna manera, y que mejor forma que entregándole mi esencia, cada célula que forma parte de mí. Porque hacerle el amor a la persona que amas es algo más que una simple entrega carnal, es la fusión de dos almas en un mismo universo.

No pensé que entregarme a él así fuera tan mágico, tan único, simplemente inigualable. Sentir que yo complementaba el cuerpo de Changmin era un placer extremo, mis relaciones pasadas jamás se sintieron así. Nada se comparaba con estar al lado de él, mi perfecta mitad, estaba claro que era el hombre de mi vida y que yo dedicaría mi vida entera a luchar por nuestra felicidad.







No tenemos tiempo para
pelear porque
no tenemos suficiente
tiempo para amarnos.
Tú me vuelves loco


Llego el cumpleaños 18 de Changmin, ya llevábamos 3 años de relación, lo habíamos ocultado del mundo por miedo, pero ahora que nuestro amor era totalmente legal, era hora de decírselo a su padre, y vaya padre que se cargaba mi amorcito, un completo déspota, arrogante, y para complicarlo un poco más, un homofóbico de mierda.

“Yoochunnie, lo he preparado todo para esta noche, Sooyoungie me ha ayudado, ya le hable a padre de ti, solo queda el resto”

Cuando él me dijo eso sentí flaquear todo el cuerpo. Ni dirigir la Orquesta frente a miles de personas, se comparaba con lo el pánico que sentía en esos momentos.

Aquella noche me vestí con la ropa más elegante y decente que tenía, y con una botella de los mejores vinos, me dirigí a uno de los mayores retos de mi vida, que el padre de Changmin autorizara lo nuestro, y vaya que me costó un ojo de la cara.

¿Qué pasaría si en serio
me vuelvo loco?
¿Qué pasaría si dejo de
respirar inesperadamente?

Llegue con anticipación a la casa de Changmin, para mi sorpresa me abrió la hermana mayor de él, alguien que solo sabía que existía, pero que jamás la había visto, ‘la bruja maldita’ según mi castaño favorito, Eunyoung, la hermana de 27 años de Changmin, una abogada muy famosa por ser cruel y arribista, pero que ganaba todos los casos que se le asignaban, mi joven novio la detestaba y ¡uff! Vaya que la impresión fue fuerte.

7:00 pm, el padre de Changmin bajo las escaleras, yo sentía que la cabeza me daba vueltas.

“¿Tu eres Park Yoochun? Vaya Changmin, supuse que sería peor. Siéntese joven Park, hablemos de negocios”

Sonreí sarcásticamente, al parecer para ese señor, su único hijo varón era un negocio, vaya basura de padre que tiene Changmin.

“Señor he venido a hablar con usted, necesito que me dé su consentimiento para salir con su hijo, Changmin”

“Changmin me ha hablado de usted, creo que sus intenciones son buenas y al conocerlo se ve que es una persona razonable, por lo que le pido de la manera más atenta que se aleje de mi hijo”

“¡¿Qué?!”

Changmin y yo nos volteamos a ver confundidos, su padre acababa de decir qué.

“No voy a acatar tus estúpidas reglas padre, jamás me has cuidado y nunca te interesa lo que hago, ¿Por qué ahora es diferente? Es porque estoy enamorado de un hombre, ¿es por eso? Claro, como tú matrimonio fue arreglado, no creo que nunca hayas sentido este tipo de sentimiento”

Vi como el padre de Changmin levantaba el brazo para golpearle.

Lo detuve.

“Qué clase de persona es usted señor, no le da vergüenza tratar a su hijo así, pero ahora veo que el consentimiento de un tipo como usted no importa, vámonos Changmin”

Esa noche Changmin se quedó en mi departamento, llorando en mi pecho, aunque no lo aceptaba, le dolía demasiado que su padre lo tratara así, yo solo trate de llevarme sus preciosas lágrimas con mis besos.

Pasaron algunas semanas y él llego muy feliz diciendo que su padre por fin lo había aceptado.

A partir de ahí, solo eran recuerdos felices.








Las algas de mar que tienes
atoradas entre los dientes
para mí son tan bonitas,
tan bonitas, tan bonitas

Nuestro recuerdo feliz más próximo es de hace algunos pocos días, exactamente 40 días, en Jeju, donde le pedí formalmente que se convirtiera en mi futuro esposo.

Fue el 27 de Mayo a las 9:00pm, cuando la playa nos brindaba su mejor vista, y las estrellas se reflejaban en sus achocolatados ojos.

“Changminnie, no sé cómo empezar a decir esto, yo…”

“¿Me pedirás que me case contigo?”

“¿Co-cómo lo sabes?”

Dije con la voz quebrada, acaso me leyó la mente.

“Park Yoochun, te conozco desde… déjame ver… desde hace 7 años, para mi eres un libro abierto”

“Niño tonto”

“Bésame”

Juntamos nuestros labios en una danza suave, al parecer mi sorpresa se había arruinado.

“Park Yoochun, qué clase de propuesta de matrimonio es esta, a qué hora te arrodillaras, soy un chico pero ansió verte hacer eso”

“Shim Changmin, tu, niño tonto, la más dulce de mis pesadillas, aceptarías este anillo como prueba de mi amor, de ahora en adelante quiero compartir todo contigo, cada suspiro, cada lagrima, tus logros y derrotas, por siempre. Cásate conmigo.”

Se suponía que él debería de estar llorando, pero paso todo lo contrario, estoy loco por él.

“Quiero estar contigo hoy y siempre, compartiéndolo todo, ¡Acepto!”









No sé qué hacer conmigo mismo
Eres hermosa, incluso cuando
no sonríes.


—Muchas gracias al grupo de tercer año, un fuerte aplauso para ellos—.

Los sonoros aplausos fueron muy cálidos, Changmin tiene el don de atraer a la gente.

—Pensé que no vendrías—. Habló con un tono molesto en su voz

—No podría dejar plantado a mí prometido en su último día de preparatoria—.

—Idiota—.

Me besó mientras arrugaba el entrecejo, pequeño adorable.

—Shim Changmin, qué clase de canción es esa que me dedicaste, ¿eh? Acaso tengo cara de chiste o algo así—.

—Eres mi mayor desgracia Park Yoochun, por eso te amo—.

Volvió a rozar sus labios con los míos.

—Y eso que no has escuchado todas las canciones que he escrito pensando en ti, ahora mismo recuerdo una que dice: ‘si no me alcanzas en este instante, tu invitas la comida’—.

Lo vi alejarse corriendo poco a poco, aún es un niño pequeño y mimado, entonces, por qué lo amo tanto.

Soy tan feliz con solo verte,
tú me vuelves loco.








Así es, Park Yoochun estaba totalmente enviciado con cada una de las partes que significaba Shim Changmin, lo amaba locamente.

Pero a veces el amor no es suficiente y eso era algo que el tiempo se encargaría de enseñarle.

Tú me vuelves loco.
[I’ts so nice — 10cm]


                                                               /Capítulo 2/







N.A: Este el el primer capítulo del fanfic de mi adorada Kiss Couple <3 La canción la pueden escuchar aquí ellos son de mis grupos favoritos coreanos no-kpop XDDD

Tengo un gusto algo raro en música, por eso les pido que me recomienden canciones si dejan algún comentario XDD

Nos leemos después <3